
Testimonio Pedro y Joseba
Me llamo Pedro. Vengo de Jaca en la parte norte de España, ahí al lado de los Pirineos, y tengo 61 años. Cuando llegué aquí, al primero que me encontré fue a Joseba. Y desde entonces ya somos buenos amigos.
Yo se lo recomendaría a gente que ya tenga ese tiempo suficiente como para poder disfrutar de esto. No solamente los 15 días que yo he cogido, sino que pueda estar incluso más tiempo, a gente que no tenga ese reparo… Son tantas cosas, porque además, gracias a Dios los mismos cooperantes te ayudan a poder hacer las cosas, con lo cual el venir aquí para mí no es un hándicap. Yo al inglés a lo mejor sí que lo tengo un poco mal, pero es un sitio de habla castellana, pues es un sitio ideal.
Bueno, pues el trato de la gente para mí ha sido muy bueno, porque son gente que ayuda a que tú puedas llegar a los sitios y tienen un problema, te intentan ayudar, incluso te ofrecen sus coches, sus casas… Luego también es verdad que aquí lo que me ha gustado realmente es para lo que yo venía, es decir, para poder disfrutar de las tortugas marinas, de todo el ciclo de la vida que podemos ver de momento y que es lo que realmente en un primer momento pensaba. Yo creo que lo que más me ha impresionado es después de ver a las tortugas como lo hacen, ver a las tortuguitas, cómo se van hacia el mar. Ver todo esto ayuda mucho y pienso que es una necesidad que la gente tome conciencia de que de que hay que echar una mano.
Bueno, yo soy Joseba. Soy vasco y vengo de Guipúzcoa. Tenía 59 años cuando llegué a Panamá, y aquí he hecho 60 años y estoy feliz de estar aquí y sobre todo con un compañero como Pedro, con unos ordenadores como Evelyn y Sergio y otros compañeros de aquí como Jacinto.
Yo lo recomiendo a todo el mundo. A los jóvenes poco hay que recomendar porque ellos se buscan la vida y se mueven por todo el mundo. Pero yo haría hincapié en todos aquellos que se jubilan y no piensan más que en cuidar a sus nietos y a sus nietos. Salgan de casa, que salgan solos, que salgan con la mujer y si no les acompaña la mujer, como yo y que vengan y que crucen el charco, que aquí se van a encontrar con buenísima gente, buenos colaboradores, naturaleza y nuevas experiencias. Y eso le va a rejuvenecer, pero cantidad de años. Primero que vengan ellos y que luego les acompañe la mujer si no se atreve a venir de un mismo viaje.
A mi me ha impresionado el país, como la naturaleza y la selva, los animales y sobre todo la población, porque hay muchas clases de panameños empezando hablando desde indígenas en la selva, gente más o menos que está luchando todos los días por conseguir un pedazo de pan. Hay gente que se dedica a grandes negocios, hay cantidad de gente de todas partes del mundo que se dedica a los grandes negocios, la Panamá pequeña, la Panamá grande, la Panamá moderna, la Panamá antigua, hay de todo y sobre todo me ha llamado la atención de que hay cantidad de población indígena que todavía mantiene sus costumbres, sus creencias, su manera de vivir, su manera de alimentar, su manera de la educación a los hijos y todo eso como un mundo rural que todavía aquí se mantiene en un Panamá auténtico