Testimonio Nuria

La zona del proyecto es preciosa. Playas de arena negra infinitas alla donde te llega la vista. Por el otro lado el río tambien lindísimo. Cocoteros y selva por todas partes.

Las instalaciones están bien. Ni sobra nada, ni falta nada. Cocina, mesa para comer todos juntos resguardado de la lluvia, baños y duchas compartidas, electricidad, agua potable siempre disponible… Hasta un espacio para voleibol.

Las cabañas están muy bien, baño propio (a compartir con los de la cabaña), camas individuales, mosquiteras en ventanas, con un pequeño porche delante ver la playa a unos metros…

Y el proyecto en sí es brutal. La experiencia con las tortugas es algo que marca un antes y un después. Es precioso verlas y protegerlas. Formar parte de la conservación de una especie en peligro de extinción, es maravilloso. Cuando las ves en las patrullas nocturnas, parece magia. Y cuando nacen las sientes como tuyas. Preciosos momentos.

También se hacen guardias en el vivero donde se cuidan los huevos, y es 24h. Con lo que no hay dos días que duermes las mismas horas, pero compensa, de verdad.

Por último, y no menos importante, la gente local y del proyecto son muy acogedores y amigables. Con lo que se pasan muy rápido los días…